¿de qué estás hecho?


Un día que estaba mandando a lavar el carro, vi un carro viejo, pelado, con muchas partes deterioradas y observaba como el muchacho que estaba lavándolo lo hacía con tal esmero como si lo fuera a dejar como nuevo. Le pasaba el trapo una y otra vez, lo limpiaba e incluso llegó a aplicarle crema de brillo, no sé qué esperando, si ya lo había perdido hace años. Es decir, era más fácil sacarle brillo al motor que a las latas. Aun así, este joven lo hacia con gran esfuerzo, y me preguntaba por qué lo hace.
 
Así mismo, pensaba en los mundiales de fútbol y veo como varios de los equipos considerados "chicos" dan la sorpresa y molestan la vida de los "grandes", esas selecciones que nadie conoce que han llegado por primera vez o que no esperaba nadie de ellos, dan la sorpresa, por qué esto; los jugadores dan todo como si fuera la final y al final celebran de igual forma, por qué. 
 
Y después entendí qué había en el corazón de todas estas personas, qué los llevaba a actuar de esta forma, dando todo sin importar lo que estuvieran viendo sus ojos. Lo entendí desde mi propio caso, cuando comencé a trabajar, mi segundo empleo fue en un colegio pequeño, era privado, pero era muy limitado en recursos y la población estudiantil estaba ahí porque no querían vivir más en los colegios públicos, de todas formas, la diferencia no era mucha. Yo no me ganaba ni el salario mínimo, y ya era profesional, era muy poco, ya casado, nos costaba mucho salir adelante con este sueldo.  Sin embargo yo cada día me vestía y preparaba las clases como si estuviera en el mejor colegio del mundo, iba a las reuniones de padres de familia tan elegante como podía y alistaba mis informes como si fueran para las personas más importantes del mundo.  Y todo lo hacía porque era lo que Dios me había dado, era la bendición, el talento que Él me estaba dando a administrar, desde ahí le estaba mostrando a Dios DE QUÉ ESTABA HECHO.
 
De ser fiel en lo poco, porque debía hacerlo como si fuera para Dios. Colosenses 3,23 "Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres...". Piénsalo, a Dios no le puedes mentir, y evalua si estás haciendo TODO al 100%, si lo que haces es el 100% de ti. 


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