No puedo seguir así



Cristian Bornean, fue uno de los cirujanos más famosos que ha existido, fue quien realizó la primera cirugía de transplante de corazón, él cuenta su experiencia en un libro llamado: la vida.
En él, Cristian describía como se convirtió en un cirujano exitoso, pero perdió su familia. Cuando volvía un día a su casa no estaban su esposa y sus hijos y le preguntó que había pasado si él estaba luchando por todo esto, y ella le contestó: -- Ya habíamos renunciado a ti. 
- Estuve ocupado, decía él. 
Él contaba como haber conseguido este logró, le había hecho perder su familia. Y yo me preguntaba si él se arrepentía de haber estado en la cirugías y no haber estado con su familia. 

Cuando pienso en lo que vivieron Judas y Pedro, representa lo que yo he vivido en términos de arrepentimiento con Dios. Mirando a Judas pienso que él decía:  "Él ha hecho conmigo cosas que nadie había hecho,  a veces me siento muy bien. Cuando nos mandó a hacer orar por las personas, quedé impresionado con lo que Yo hacia, solo usando Su nombre. Creo que he hecho mal, lo van a matar y va a ser por mi culpa, qué van a decir los otros, ya no aguanto más, voy a devolver la plata, no resisto más esta culpa, no puedo seguir más".

La otra cara que aparece es la de Pedro, acongojado, lánguido, ya había visto tantas cosas de Él: "Sentí lo que nunca había sentido, cuando puse el pie en las aguas vi como mi vida ya no iba a ser la misma, tantos años huyendo del agua, no bajandome de la barca, y llega Él y me muestra como con Él podía ser y hacer lo que era imposible para mí. Hoy estoy de nuevo acá, derrotado, habiendo huido, pescando, ya no quiero esto".
"Cuando lo vi, me vestí porque no quería que me viera adonde había vuelto, lo vi y desvíe mi mirada porque no era capaz de decirle nada y aun así nos recibió con un desayuno, que ha sido el mejor en mi vida, no he tenido una mejor comida, no solamente por lo que sabia, si no por quien me lo había hecho. Cuántos podrán decir que Jesús les cocinó. Y llegó ese silencio incomodo, no sabíamos qué decir.  Me preguntó si lo amaba, y yo atrevidamente, una vez más le dije que sí. Cuando me volvió a preguntar, me di cuenta que lo que antes había sentido, haberme sentido mal, no iba a ser suficiente; cuando me hizo la pregunta por tercera vez, sentí lo que había perdido. Y aun así, Él me dijo que me encargará de Sus ovejas, de nuevo de me dio una nueva oportunidad. Espero que sea la última vez que me esté sintiendo así".

Cuando plasmo lo que pudieron haber pensado ellos, lo hago pensando en lo que he sentido yo, cuando he pecado, cuando he dejado a Jesús por otras cosas, cuando algo ha pasado y simplemente Él ha ido a buscarme y con Su amor y misericordia. Es ahí donde me arrepiento de tanto de lo que he hecho para construir una nueva vida en Él, no ha sido solo remordimiento, es la esperanza de que lucharé día a día para no hacerlo de nuevo y de vivir para entregar todo para Jesús. 

Comentarios

Entradas populares