Precio de sangre

Me gusta mucho descubrir juegos del lenguaje, de esos que podemos descubrir con analogías, metáforas y demás. El concepto de banco de sangre es uno de ellos. Ningún banco sobre la tierra, en ninguna de sus bóvedas tiene algo tan valioso como lo es nuestra sangre. Es lo que somos, lo que nos da vida.

Ahora imaginen el valor de la sangre de Cristo, única en su tipo, con la capacidad de hacer tantas cosas que a veces ni siquiera dimensionamos su capacidad y poder.

Cuando yo he sentido que menos valor tengo o he tenido por mí cantidad de errores, aparece un pasaje como 1 Pedro 2, 9-10 donde dice que Dios me compró con la sangre de Cristo, ah! Que tal, yo que creía que no valía tanto, me compra mi Padre con la sangre de Jesucristo, y no solo eso sino que a través de ella me hizo escogido, me hizo sacerdote, me hizo linaje, me adquirió, y finalmente, no menos importante, si no aún más poderoso, alcancé misericordia. 

Que gran poder, que gran amor, que hermoso es saber que aún cuando pienso que por mis problemas de autoestima no me vea tan valioso, Dios sí me vea así, y que además de esto decida pagar un precio muy alto, con la sangre de Su hijo amado, Jesús.

Asimismo, por la misma sangre de Jesús, me demuestra Su amor, me lava me hizo rey, y me hizo sacerdote, cómo lo dice Apocalipsis 1, 5-6. Esto lo reafirma en el capítulo 5,9-10 donde me dice redimido, que me hizo rey, me hizo sacerdote y que reinaré sobre la tierra, todo por la sangre de Jesús. 

Este reinado no se refiere a quitarle el lugar a Jesús, sino que cuando Él murió en la cruz, yo como príncipe pasé a ser rey, esto porque soy hijo del Rey, del Todopoderoso. Jesús resucitó y Él reinará sobre la tierra, solamente que ahora yo tendré otro lugar, no el de esclavitud que tuve, donde el pecado gobernó mi vida, donde mi carne gobernaba y me hacía un pobre súbdito de todas mis ataduras. Al hacerme libre,  Jesús con Su sangre, no solo pagó por mis pecados, sino que me puso en lugar de gloria.

Su sangre pago por mí